Lecciones Aprendidas Amazonía Joven

EJE TEMÁTICO 4. RECONCILIACIÓN Y REINTEGRACIÓN

LECCIÓN APRENDIDA 19 Procesos de reintegración comunitaria de exmilitantes de la FARC en el marco de los Acuerdos de Paz de la Habana

  • El Caquetá se configuró históricamente como uno de los escenarios de mayor relevancia de conflicto armado en Colombia. Las guerrillas de las FARC hicieron de este territorio uno de sus centros estratégicos de operaciones, especialmente en el norte del departamento. Tras los Acuerdos de Paz de la Habana se previó un proceso de reincorporación a la vida civil por parte de los miembros de este grupo subversivo que decidieron permanecer en la legalidad²⁰.

    En el marco de este proceso se definieron como mecanismos para la reincorporación los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Para el caso del Caquetá fueron establecidos dos ETCR, el primero de ellos, fue el ETCR Oscar Mondragón en la vereda Miravalle en San Vicente del Caguán y el segundo, el ETCR Aguabonita en el municipio de La Montañita, donde se dio inicio a una nueva vida civil a través de una ruta de reincorporación social y económica²¹.

    La Delegación de la Unión Europea, decidió, como respaldo al proceso de paz, apoyar los procesos de reincorporación en el Caquetá, que para el caso de la ETCR Oscar Mondragón en Miravalle, fue llevado a cabo a través del Proyecto Amazonía Joven. El enfoque fue realizar acciones complementarias, no solo al ETCR, Oscar Mondragón, sino también en las veredas vecinas, entre ellas Balsillas, Andes y Miravalle y el corregimiento de Guayabal. Si bien hoy, ya se ha finalizado la etapa transitoria de las antiguas ETCR, se continúa por parte del Gobierno, avanzando en soluciones de corto, mediano y largo plazo para asegurar la reincorporación de los excombatientes que decidieron permanecer en la legalidad.

    El apoyo europeo a través de Amazonia Joven a este proceso, ha exigido de un lado, abordarse desde un enfoque territorial en clave de construcción de paz, es decir, buscando la vinculación de las comunidades campesinas aledañas y no solamente del personal en proceso de reincorporación; de otro lado, aproximarse con un abordaje multidimensional, es decir que abarque, no solamente el apoyo a las apuestas productivas, sino también los procesos sociales, organizacionales y de comunicación para el desarrollo y la paz.

    Hoy tras la finalización del ETCR Oscar Mondragón, el proceso se lleva a cabo en la Zona de Reserva Campesina Pato Balsillas, involucrando además de la vereda Miravalle donde se ubicaba la ETCR, también las veredas Andes, Balsillas, y el corregimiento de Guayabal, entre otros territorios.

    La importancia estratégica de este ETCR en el marco de los Acuerdos de Paz, ha suscitado el interés de innumerables organismos internacionales, así como, agencias del gobierno, cuya intervención no ha sido del todo coordinada, generando reprocesos, desgastes a las organizaciones de reincorporados y en el afán de lograr “victorias tempranas” se han generado competencias por la visibilidad de las diferentes lógicas de intervención, que por momentos tienen visos de acción con daño.

    • ¿Cómo fue la experiencia en el marco del proyecto?

      El apoyo complementario realizado al proceso de reincorporación en la ZRC del Pato Balsillas tuvo un carácter integral, que incluyó un componente de acompañamiento a procesos productivos, un componente de desarrollo organizacional de las asociaciones existentes así como a MMAVECOOP, Caguán Expedition y un componente de comunicaciones centrado principalmente en la puesta en marcha de una escuela audiovisual con jóvenes del territorio. Estos tres componentes se adelantaron de manera sinérgica, buscando promover articulaciones, desde las mismas comunidades, que reforzaron las acciones de forma interdependiente. En coherencia con ello, los equipos de los tres componentes actuaron de manera conjunta y coordinada en el territorio. A continuación, y para efectos de un mejor entendimiento se describe en detalle el proceso en cada uno de estos componentes.

      El apoyo y acompañamiento a los procesos productivos

      “La cordillera” área emblemática de la antigua columna móvil Teófilo Forero El contexto de intervención dónde se lleva a cabo el proceso de reincorporación de la antigua ETCR Óscar Mondragón, corresponde a un territorio emblemático para las antiguas guerrillas de las FARC, comúnmente conocido como “la cordillera”, un área distante, marginada y de difícil acceso, que conecta a San Vicente del Caguán con el Departamento del Huila, remontando la cordillera oriental. Esa área tuvo una importancia estratégica en la dinámica del conflicto armado, pues allí operó la Columna Móvil Teófilo Forero, la cual adelantó diversos golpes de alta espectacularidad militar, que en muchos momentos pusieron en jaque a las fuerzas armadas y a los altos niveles de poder regional y nacional.

      Esta estructura guerrillera, por su dinámica táctica y su alta movilidad, no tenía un lugar fijo, lo que impedía establecer relaciones duraderas con el entorno. Así mismo, su profundo carácter bélico y la alta confidencialidad de sus operaciones, le exigía no solo un alto grado de precaución con la información, sino también fragmentar permanentemente todas las comunicaciones. En tanto era un objetivo de alto valor para las Fuerzas Armadas, el riesgo de ser infiltrados era mayor, por tanto, se manejaba un elevado nivel de desconfianza tanto, interna, como externamente.

      Justamente el ETCR Oscar Mondragón, se constituyó en un lugar geoestratégico, que les permite cierta movilidad y autoprotección en caso de un revés estructural de los Acuerdos de Paz o una incursión externa que los pueda poner en riesgo. Esa amenaza hoy es latente y real en vista de los últimos acontecimientos frente a líderes sociales y el recrudecimiento de la violencia en la región. Sobre esto los excombatientes, que han decidido echar raíces, conformando familias, o trayendo a sus familias extensas al lugar, plantean con temor este asunto como un riesgo permanente. Sin embargo, como un mecanismo de autoprotección, los líderes en los diálogos con CORPOMANIGUA, han decidido ampliar las actividades productivas y sociales a las comunidades y territorios aledaños, de manera que se constituya en un proceso de reincorporación comunitario, que reduzca el riesgo e involucre a toda la comunidad en su conjunto.

    • El lastre de la guerra en el nuevo proceso organizacional y de emprendimiento productivo

      Hoy buena parte de los miembros de esa columna guerrillera, la mayoría de origen campesino, se encuentran en el proceso de reincorporación a la vida civil y tanto las bases, como la comandancia, aún tienen tras de sí el lastre de esa cultura de guerra, la cual constituyó una de las principales barreras para el desarrollo efectivo del apoyo complementario por parte de Amazonia Joven, y seguramente para un proceso de reincorporación rápido y sostenible.

      Tras décadas de militancia, el lastre de la guerra y una cultura jerárquica donde las decisiones estaban en manos de superiores, hoy la tropa desmovilizada tiene serias dificultades para emprender y decidir por su propia cuenta, así como, para confiar en externos que buscan acompañar las iniciativas de reintegración a la vida civil. También enfrentan obstáculos para adaptarse a un nuevo escenario orientado por la participación y la construcción democrática de las decisiones, que es completamente opuesto a la antigua lógica guerrillera. Así mismo, los antiguos comandantes, ahora sin el poder de las armas y sin el respaldo de los niveles superiores de las FARC, no siempre cuentan con la obediencia de la “guerrillerada”.

      Igualmente se asumió que el origen campesino de los guerrilleros aseguraría un tránsito rápido y sencillo al quehacer agropecuario, lo que también resultó relativo, pues a pesar de dicho origen y décadas de militancia en la guerrilla, generaron competencias para el combate y las labores propias de la guerra y no necesariamente capacidades para la actividad agropecuaria. En ese sentido un reto presente y futuro será como capitalizar esas capacidades para el desarrollo local y familiar de los reincorporados y las comunidades donde planean continuar su futuro.

      No obstante, en el nuevo contexto de reincorporación, justamente lo que se requiere son capacidades organizativas, sociales y ciudadanas que, bajo un enfoque de participación democrática, permitan construir y ejecutar colectivamente las iniciativas sociales y económicas necesarias para el buen vivir de esta población. Ello encarnó un desafío mayor para el equipo del proyecto, aun no del todo resuelto, que pocos tuvieron en cuenta, antes de apropiar los recursos para los diferentes proyectos. En síntesis, una ex guerrilla de origen campesino, reincorporándose a la vida civil, pero aun dominada por la lógica de la cultura de la guerra, buscando emprender colectivamente proyectos para la sostenibilidad de sus hombres.

      De otro lado, las FARC históricamente habían venido constituyendo esquemas cooperativos como mecanismos de organización popular (ANCOOP y en el marco de los acuerdos MAVECOOP, entre otras) con objetivos muy amplios y poca funcionalidad y capacidad organizativa y administrativa. Estas cooperativas, hoy buscan emplearse para apalancar el proceso de reincorporación, incluyendo como cooperados a las bases desmovilizadas, que como hemos mencionado, no cuentan aun con la capacidad y liderazgo para asumir la exigencia de los procesos cooperativos. Elo constituyó otro reto para Amazonía Joven, pues es bajo esos modelos que se soportan las iniciativas productivas, y es con esa base organizada que se debían emprender esos procesos.

      Este fue el escenario bajo el cual el equipo de Amazonía Joven debió operar y por tanto uno de los retos centrales fue como aproximarse, con esas perspectivas del mundo y esas condiciones sociales y emocionales de los líderes de la ETCR y sus bases, y como a partir de allí plantear un proceso de acompañamiento asertivo y efectivo. Lo anterior teniendo en cuenta que esa aproximación de CORPOMANIGUA, sucedía no solo en virtud del Proyecto, sino también de un compromiso por la paz como organización y como ciudadanos del Caquetá. En ese sentido, el origen de los miembros del equipo del Proyecto, que provenían del sur del Caquetá, estigmatizado por la otrora presencia preliminar de grupos paramilitares, también constituía un factor de eventual desconfianza por el grupo de reincorporados, que el Proyecto debió afrontar.

      La aproximación al territorio, los retos de construir confianza con la población en reincorporación con procesos en marcha

      El proceso de apoyo complementario a la antigua ETCR se realiza en virtud de una segunda adenda suscrita en el año 2018 que incorporaba, en el proyecto Amazonía Joven, un proceso de acompañamiento integral con un énfasis en la asistencia técnica y apoyo a los procesos productivos, que el personal en proceso de reincorporación venía adelantando en ese territorio.

      Cuando el proyecto Amazonía Joven, a través del equipo de CORPOMANIGUA, se aproxima al territorio para iniciar sus actividades establece acercamiento con el equipo directivo de ANCOOP quién tenía previsto como proyecto de largo plazo contar con un centro agrícola que pudiera servir de base tecnológica para replicarse al resto de la comunidad.

      En ese sentido habían iniciado una serie de iniciativas “audaces”, ambiciosas y sobredimensionadas, que tenían una particularidad y era generar un reconocimiento nacional por su tamaño y alcance, entre las que se destacaban la producción intensiva de tomate bajo invernadero, un gran proyecto piscícola, también bajo invernadero, la producción de caña intensiva (en ladera) para la producción de panela, la producción de banano, así como, otras iniciativas relacionadas con la producción de energía alternativa cómo fue el hidrotornillo, una apuesta para la producción de energía a través de la fuerza del agua, y también, un proyecto de energía fotovoltaica, que adicionalmente, tenía la silueta de Manuel Marulanda Vélez ,como un proyecto emblemático en ese territorio.

      Es importante mencionar que estas iniciativas que se trajeron desde el interior del país no tuvieron en cuenta las condiciones climáticas, naturales, de aislamiento y de marginalidad territorial, así como las condiciones difíciles para su operación.

      Inicialmente el proceso de diálogo se llevó a cabo con los tres líderes principales de la ETCR, previendo que la línea de mando se mantenía aun tras la dejación de las armas. No fue así. Existían fisuras en las líneas de mando y la tropa desmovilizada no necesariamente participaba activamente y no siempre acataban las ordenes de sus antiguos superiores. Este asunto fue identificado prontamente por el equipo, el cual busco estrategias para vincular democráticamente a las bases como se explicará más adelante.

      Así las cosas, el proceso de acercamiento inicial no fue fácil, la desconfianza, el origen geográfico del equipo técnico de CORPOMANIGUA, y la prevención frente a su conocimiento y experticia, fueron barreras iniciales. No obstante, gradualmente y utilizando estrategias de diàlogo y comunicación, aterrizadas a la comprensión y a los códigos de los líderes, se fue construyendo caminos de confianza que permitieron ir avanzando en el proceso de acompañamiento.

      Derivado de ese proceso, los líderes plantearon que en el territorio había otras organizaciones campesinas y que uno de los renglones principales de su economía era el frijol, el cual enfrentaba serios problemas de intermediación, bajos precios y retos en el mercadeo. La apuesta apuntaba a la construcción de un centro de acopio de frijol. Esta iniciativa, junto con las otras ya en marcha, requerían el acompañamiento técnico y la orientación de parte del equipo de Amazonia Joven en cabeza de CORPOMANIGUA.

      Así las cosas, los líderes del personal en proceso de reincorporación deciden ceder parte de los recursos que se les habían asignado para apoyar la iniciativa de frijol que tenía su centro de operación en el corregimiento de Guayabal. No obstante, de acuerdo con las lógicas de intervención de CORPOMANIGUA, no se realizarían las obras hasta tanto no se haya un involucramiento activo de las organizaciones. Es en ese momento cuando ingresa el equipo de fortalecimiento organizacional para adelantar las actividades correspondientes para el desarrollo de capacidades de esas organizaciones.

    • El desafío de acompañar apuestas productivas desconectadas de la realidad territorial y al mismo tiempo estimular las iniciativas locales de los campesinos

      En el marco de los diálogos y acercamientos con los líderes, el equipo va detectando debilidades dentro del personal en vía de reincorporación y de las organizaciones y cooperativas que los agrupan, relacionadas con bajo nivel de participación en los procesos organizacionales, desconexión entre la visión de los líderes y las expectativas de la antigua tropa desmovilizada y debilidades en el acatamiento de orientaciones desde los niveles superiores de la ETCR, entre otros. A esto se sumaba, un altísimo riesgo de fracaso de los proyectos productivos en marcha, y aquellos como el frijol, propios de territorio, en una gran debilidad técnica y comercial. Bajo este escenario CORPOMANIGUA asumió el reto de buscar aportar en una adaptación de estos sistemas productivos, respetando las apuestas y las lógicas que la población en reincorporación había iniciado.

      Se inició entonces con la promoción del proceso de dinamización. Este es un esquema para hacer que líderes de la comunidad se involucren con los equipos técnicos y sirvan de puente entre ellos y la comunidad. En tanto se avanza en el proceso de extensión, se desarrolla capacidad local, y al mismo tiempo se construye confianza y se difunde con lenguajes propios, los códigos técnicos que se requieren para poder avanzar de una manera adecuada en el desarrollo productivo.

      El proceso de dinamización se llevó a cabo de la mano con otras acciones, que se describen más adelante, como el proceso de fortalecimiento organizacional el cual ayudó a generar condiciones propicias para poder reorientar las apuestas productivas y capitalizar las existentes en el territorio, cómo el caso del frijol. Así mismo, la promoción de procesos comunicacionales que derivaron en una escuela audiovisual denominada Voces del Pato fueron claves para difundir y visibilizar, las actividades productivas de cara a los procesos de asistencia técnica y mercadeo.

      Frente al asunto de la autonomía, y con las fisuras frente a las estructuras de mando y obediencia, y el reto de asumir un rol de construcción colectiva, CORPOMANIGUA tuvo que asumir parte del papel de liderazgo asignando tareas y roles, y con ellos mismos, adelantar procesos de monitoreo y evaluación e ir realimentando cuando las cosas no iban por el rumbo correcto o transitaban por la incoherencia técnica o social. Eso implicó en muchos momentos retar el funcionamiento de las cooperativas y procesos organizativos y administrativos, de manera frontal a través de metodologías que “ponían en evidencia” las oportunidades de mejora. Así mismo, ir más allá de los líderes y presionar la participación de las bases para que las conversaciones difíciles se dieran en conjunto, alrededor de los roles y responsabilidades que unos y otros, excomandantes y otrora tropa, debían asumir.

      La Zona de Reserva Campesina - ZRC, entre el discurso de producción sostenible y la realidad basada en el enfoque de revolución verde

      La ZRC tiene 70 mil hectáreas, el último censo arrojó una población de 7500 habitantes; de otro lado, la antigua ETCR cuenta hoy 140 personas, de las cuales 70 son personas en situación de reincorporación. Inicialmente se abordaron estas personas, con quienes se estableció acercamiento y diálogos, para construir acuerdos que permitieran un enfoque más integral y amplio y que encajara dentro de su propia perspectiva territorial. No obstante, tras los diálogos con líderes se decidió ampliar a todo el territorio de la ZRC.

      En tanto ya se había acordado ampliar el proceso de acompañamiento técnico, no solo al antiguo ETCR, sino también a las veredas de influencia de la ZRC, se inició el proceso de extensión rural.

      En la ZRC se viene manejando un discurso reivindicativo frente a las formas de producción sostenible y de economía endógena. Sin embargo, el equipo del Proyecto pudo constatar una gran brecha entre el discurso de los pobladores y personal en reincorporación, y la realidad, la cual estaba soportada completamente en prácticas asociadas al viejo enfoque de revolución verde, basado en maximizar la producción a partir de agroquímicos y monocultivos, altamente dependiente de insumos externos, y ambiental y económicamente insostenible. Este fue un nuevo reto que enfrentó el equipo, aun mas tratándose de un territorio ambientalmente frágil, pero además incoherente con la visión de CORPOMANIGUA.

      Así las cosas, el proceso de extensión y asistencia técnica, tuvo que desbordar el enfoque de educación popular y buscar un esquema de comunicación más frontal y de abordaje “sin miedo”. Esto a pesar de estar interactuando con personas que venían de la guerra, y que se requerían evidencias concretas para demostrar como una visión de agricultura sostenible y orgánica era, no solo más conveniente técnica y económicamente, sino más sustentable, pero sobre todo política y socialmente más coherente con la naturaleza y con las apuestas de las nuevas organizaciones y de la propia ZRC. Ello además guardaba sintonía con una lucha que muchos de los líderes en proceso de reincorporación habían promovido durante décadas.

      Este abordaje fue clave en la generación de credibilidad y confianza en el equipo técnico, pero ha sido un aprendizaje permanente, que ha exigido un enfoque de adaptación y flexibilidad permanente y de desarrollar un proceso pedagógico empático, de “ponerse en los zapatos del otro” frente a sus capacidades, expectativas, conocimientos e inquietudes permanentes que indagaban siempre un por qué a toda la información brindada.

      Este proceso incluía herramientas metodológicas ya validadas en otros proyectos, como el “laboratorio campesino”, que consiste en demostraciones en campo a través de pruebas sencillas que les permiten a los participantes comprobar nuevas maneras de implementar procesos o técnicas productivas. También se emplearon parcelas demostrativas o experimentales, para hacer comparaciones entre las formas de cultivar que se venían empleando y otras más pertinentes con el sostenibles.

      Así las cosas, cada una de las iniciativas en marcha fueron teniendo ajustes, que si bien, mantenían la apuesta productiva, buscaban una reorientación práctica del sistema productivo en la medida de las posibilidades técnicas y de los acuerdos que se pudieran lograr con los participantes.

      Esto implicaba evidenciar las fallas de las apuestas productivas y discutir y consensuar, a veces con acciones pedagógicas de choque, los ajustes requeridos. Por ejemplo, adecuaciones a los invernaderos o cambio en el tipo de semillas en el caso de los cultivos de tomate; la insistencia en el cambio de los sistemas tradicionales de cultivo caña panelera en ladera por siembra en curvas de nivel; la incorporación de prácticas de manejo agronómico y de suelo en los cultivos de banano; recomendaciones en el manejo de la producción piscícola, así como, otras prácticas como el enfoque orgánico a pesar de la resistencia de los participantes, el uso de residuos para mejoramiento del suelo, entre otros.

      Los procesos de cambio tecnológico a partir de los “laboratorios campesinos” fueron complementados con intercambio de experiencias y vistas a fincas adelantadas fuera del territorio (p. ej. en la finca Copoazú en El Doncello, y en Viracocha en San Agustín, Huila), que ayudaron a reforzar mensajes y la transformación de visiones de los campesinos y reincorporados.

      El sistema de producción de frijol, tradicional en la región, especialmente en el corregimiento de Guayabal, que no estaba contemplado en las apuestas iniciales de los líderes de población reincorporada, enfrenta un grave problema de comercialización. La producción se vende, casi en su totalidad, a intermediarios del Huila, que lo acopian, transportan y empacan en Neiva para su mercadeo a nivel nacional, muchas veces devolviendo empacado al territorio para su consumo. Estos intermediarios, aprovechan de paso los diferentes incentivos y subsidios que brinda el Gobierno a través de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas - FENALCE a los productores. Adicionalmente este sistema de producción, emplea agroquímicos y malas prácticas de manejo, generando ineficiencias, y sobrecostos.

      Los campesinos de “la cordillera” no contaban tampoco con una organización que gestionara de manera directa el sector, a pesar de la existencia de las cooperativas promovidas por las antiguas FARC. A ellos se suma un inexistente apoyo estatal, a pesar del volumen de producción (cerca 5 mil toneladas/año), debido a que dicha producción es absolutamente invisible para la Gobernación del Caquetá, pero si se contabiliza en las estadísticas del Huila.

      Por estas razones, y en consenso con los líderes del territorio, se consideró necesario generar acciones concretas para revertir esa dinámica. En ese sentido, ANCOOP propició las condiciones para que se organizara un Comité de productores. Adicionalmente se adquirió un espacio físico, se construyó un centro de acopio y se dotó al Comité con una planta clasificadora, que fue construida a la medida de las condiciones y volúmenes del territorio. Esta planta de selección permitió pasar de 1 bulto clasificado/día a un 1 ton/hora y ha tenido un impacto invaluable en los productores, quienes reconocen que aún se requieren equipos adicionales para el embalaje y empacado, que si les permitiría avanzar en un proceso de comercialización directo. Esta fue una de las victorias más valoradas del proceso de acompañamiento de Amazonia Joven al proceso.

      El Comité de productores, además, se encuentra en proceso de formalización en Neiva, con el fin de contar con una estructura legal que le permita a futuro incursionar en el mercado regional del frijol y acceder a los incentivos que regularmente se brindan a los cerealeros y productores de leguminosas.

      Adicionalmente, y como gestión de CORPOMANIGUA, se realizó un acercamiento con la Secretaria de Agricultura de Caquetá con el fin de buscar apoyo institucional al sector frijolero de la ZRC. Sorpresivamente esta entidad desconocía este importante núcleo productivo, y por tanto tampoco hacia parte de los procesos de estadística, planeación y apoyo agrícola. No obstante este precario escenario institucional, se espera que con dicha gestión se cree la cadena frijolera en el Departamento y en algún momento se procure algún tipo de apoyo al Comité de frijoleros de la ZRC ¨Pato Balsillas.

      Los principales logros del proceso acompañamiento técnico productivo

      A pesar de los retos y el relativo poco tiempo y recursos limitados, se ha generado logros valiosos que se detallan a continuación.

      En primer lugar, el reconocimiento de la Zona de Reserva Campesina Pato Balsillas, como una región que contribuye de manera importante de la economía del Caquetá y que hasta ahora no era reconocida por su potencial como despensa agrícola, no existía en el imaginario de la sociedad caqueteña y menos aún en las estadísticas gubernamentales. Derivado de esta intervención se hizo posible que la producción de frijol fuera incluida en la agenda productiva del Departamento, y que la Secretaria de Agricultura del Caquetá, incluyera la línea productiva de frijol como una de las cadenas productivas, posibilitando en el futuro apoyos a este sector. En segundo lugar, se logró avanzar en la sensibilización y concientización a campesinos, población en reincorporación y sus organizaciones, sobre los sistemas de producción agrosostenibles. Esta intervención ha contribuido a que los productores, empiecen a contemplar la necesidad y posibilidad de avanzar hacia la producción agroambiental, incorporándolo, no solo en sus discursos, sino también generando procesos de reconversión en algunos de ellos o al menos la aplicación de prácticas amigables con el medio ambiente (p, ej. reducción de uso agroquímicos, aplicación de buenas prácticas de manejo, utilización de residuos orgánicos, etc.). En tercer lugar, se logró habilitar técnicamente las iniciativas en marcha, incorporando ajustes y recomendaciones técnicas que hoy permiten “salvar” la productividad de iniciativas las cuales tenían deficiencias en su planeación y ejecución. Hoy se destaca, por ejemplo, la cosecha de 2500 plantas de tomate bajo invernadero que han generado una cosecha de 50 canastillas de excelente calidad para el mercado local, así mismo, hoy se cuenta con la existencia de un técnico formado con capacidad de brindar asistencia permanente. De otro lado, se destaca, la pronta cosecha de 5000 peces, y con respecto a la cadena frijolera, se logró la creación del Comité de Frijoleros y la apuesta en marcha del centro de acopio y la planta de selección, entre otros. Y, en cuarto lugar, el liderazgo de CORPOMANIGUA con una propuesta de establecer una mesa de coordinación con los diferentes cooperantes, incluida la institucionalidad, ello con el fin de articular las múltiples ofertas buscando focalizar el impacto y evitar la duplicación de acciones.

    • La Escuela audiovisual y los procesos comunicacionales en el marco del apoyo complementario a la reincorporación

      La primera aproximación al territorio

      Amazonia Joven buscó trabajar con población juvenil y una de las estrategias para avanzar en ese propósito fue poner en marcha la estrategia Rio de Colores, en el Caguán y en la ZRC Pato Balsillas en el municipio de San Vicente del Caguán. En esta zona se propuso como meta conformar una escuela audiovisual. La primera aproximación se realizó a través de una comunicadora que inicialmente se concentró en la vereda los Andes, una de las de mayor extensión. Allí se empieza a trabajar con cerca de 40 jóvenes con algunas instituciones educativas. Se inicia brindando unos talleres de comunicación, de producción de radio y de realización audiovisual. Lo que hizo Amazonia Joven a través de este proceso fue acompañar y brindar capacitación a estos estudiantes que hacían parte de las instituciones educativas.

      Ampliando el espectro territorial

      Si bien el proceso de formación de jóvenes escolarizados fue útil en esta primera etapa, fue necesario ampliar el espectro de esta acción, tanto geográfica, como socialmente, buscando elevar capacidad de incidencia y transformación territorial desde la comunicación. Esto implicó, no solo tener como foco a las áreas de influencia de la antigua ECTR y el personal en proceso de reincorporación, sino también a los jóvenes de las demás veredas que conforman la ZRC, incorporando al sector de Balsillas, además de las veredas Andes y Miravalle, e incluso el corregimiento de Guayabal. CORPOMANIGUA entonces vincula a la Escuela Audiovisual de Belén de los Andaquíes, un colectivo de alto reconocimiento territorial y nacional, con amplia experiencia en este tipo de acciones, que adaptó su efectiva metodología a las condiciones de la ZRC. Su participación se constituyó en unos de los factores de éxito del proceso comunicacional emprendido en esta zona.

      Identificación y empoderamiento de los dinamizadores y la conformación de los colectivos de comunicaciones

      Con el propósito de identificar jóvenes interesados en liderar y facilitar un proceso comunicacional con incidencia en el territorio, se realizó contacto, además de las instituciones educativas donde ya se había avanzado en el proceso, con la Cooperativa de los excombatientes MMAVECOOP Manuel Marulanda Vélez, la Junta de Acción comunal de los Andes, y pobladores de Balsillas. Derivado de esa gestión, fueron identificadas 3 jóvenes que rápidamente fueron formadas como dinamizadoras, siguiendo la ruta empleada por CORPOMANIGUA. Esto implicó un proceso de entrenamiento y sensibilización virtual, por la situación de crisis sanitaria, que buscaba explicar la dinámica de trabajo, el acompañamiento que sería brindado por Amazonia Joven y los impactos que se esperaba generar con esta iniciativa (visibilizar el territorio, apoyar las apuestas productivas locales, promover procesos de construcción de confianza).

      Para ello era necesario un proceso de convocatoria y activación social, por parte de las dinamizadoras, para ir identificando y vinculando jóvenes y niños en la conformación de los colectivos de comunicaciones. Así las cosas, se realizó una convocatoria con redes sociales, complementada con vistas finca a finca, invitando a los jóvenes a contar historias de una manera distinta, para luego difundirlo en la comunidad y externamente con medios digitales. Como resultado se logró conformar colectivos de comunicaciones en la vereda Balsillas, los Andes Miravalle y el centro del poblado Oscar Mondragón. Con estos jóvenes y niños ya vinculados a la escuela audiovisual y los colectivos se generaron procesos de diálogo, escucha y conversación para fortalecer la confianza, conocer sus expectativas y capacidades como parte del proceso de afianzamiento de la iniciativa.

      Uno de los retos más grandes en esta etapa fue lograr convencer y generar confianza en las líderes del territorio sobre el alcance que el proceso tenía, ello implico una labor de sensibilización y búsqueda de cercanía para “ingresar” a un territorio históricamente afectado por la violencia y la desconfianza, adicionalmente de enorme complejidad en su accesibilidad física y a internet.

      Comprendiendo el territorio, identificando contenidos para la acción comunicacional

      Tras el proceso de convocatoria, se dio inicio a los primeros talleres y los encuentros semanales, que previamente eran preparados por las facilitadoras con orientación del equipo de Amazonia Joven, donde previamente se llevaban propuestas para construir con los jóvenes. Inicialmente, se hizo un mapeo, en donde dibujaran su vereda e identificaran que historias se querían contar, que se quería visibilizar como grupo de comunicación. En esta etapa fue clave como parte del proceso de sensibilización la propia historia de la escuela audiovisual de Belén de los Andaquíes y todos los logros posibles incluso a nivel internacional, desde lo local, para “contagiar” con la experiencia vivida y estimularlos a seguir adelante.

      En el marco de los talleres, una vez se identificaron las “historias que contar”, se seleccionaron que personas se entrevistarían y cuál sería el enfoque que se debía dar a la historia. Para su realización se constituyeron grupos en cada colectivo, que iniciaron la recolección y documentación de las historias para ser presentadas en diferentes medios virtuales. Este ejercicio les permitió valorar la importancia de la historia local, el interés de los pobladores de contar esas historias y como ellos podían ser útiles en ese proceso de recrear la memoria del territorio²².

      Desarrollando capacidades para la acción en medio de la crisis sanitaria

      Una vez los colectivos empiezan a trabajar es necesario avanzar en un proceso de acompañamiento técnico, que por la situación de pandemia requería hacerse de manera remota. Esto fue un reto, pues el equipo de Amazonia Joven no había tenido contacto físico, ni con las dinamizadoras, ni con los jóvenes. El proceso de acompañamiento y formación debió hacerse vía WhatsApp y llamadas telefónicas. Adicionalmente se dotó a la escuela audiovisual con equipos básicos, como cámara, computador, grabadora, discos duros, videobeam para proyección, trípode, audífonos, entre otros²³.

      Como complemento al proceso de desarrollo de capacidades, se realizaron intercambios de experiencias fuera del territorio. Inicialmente, entre los jóvenes de la ZRC Pato Balsillas y la Escuela Audiovisual de Belén de los Andaquíes el año pasado, centrada en proceso de formación en edición del material recopilado. Este año se realizó un nuevo intercambio con los jóvenes de la Cuenca Media del Rio Caguán que participaron en la Escuela Rio de Colores y los jóvenes de la Escuela Audiovisual de Belén de los Andaquíes, que se centró especialmente en intercambiar experiencias, discutir procesos de acción colectiva hacia el futuro. Otro encuentro clave fue la participación en el "campamento amazonia y paz”, como para hacer la evaluación del proceso adelantado.

      Además de los logros derivados de estos intercambios, el lugar de su realización fue emblemático pues rompió un estigma histórico en el marco del conflicto al reunir jóvenes del norte del Caquetá, históricamente dominados por las FARC, con jóvenes del sur del Departamento, otrora controlado por grupos paramilitares, derribando esos imaginarios, aportando a la reconciliación y por primera vez, juntando a los jóvenes de estas dos regiones con un propósito de acción colectiva conjunto.

      Adicionalmente vale la pena destacar que los encuentros juveniles fuera de su territorio, les ha permitido, conocer nuevas experiencias, generar nuevas redes de trabajo y delinear estrategias de acción conjunta. También les permitió ampliar su visión más allá de su territorio, contribuyendo a tener una perspectiva más amplia del mundo y de su departamento, que había por su condición de aislamiento en razón al conflicto armado, era precaria y reducida.

    • Estructura e identidad del colectivo de comunicaciones: Voces del Pato

      Cerrando el ciclo de intercambio el grupo de jóvenes de la escuela audiovisual de la ZRC manifestó su interés en conformarse como una asociación, a lo cual Amazonia Joven sugirió por experiencia, aplazar esta decisión por las implicaciones legales. En consecuencia, la Escuela funcionaría con 3 colectivos en las veredas focalizadas de manera informal.

      En esta etapa se recomendó privilegiar la acción y los contenidos a difundir antes que una formalización legal. Esto en contravía de muchas acciones que desde la institucionalidad y la cooperación internacional promueven de empresarizar toda acción colectiva de la comunidad, evitando que los procesos tengan una madurez adecuada. En este caso el acompañamiento fue clave para establecer una guía que permita que Voces del Pato desarrolles su proceso de manera adecuada antes que promover estructuras formales, y expectativas comerciales que pueden dar al traste con el proceso.

      Adicionalmente se discutió sobre la necesidad de tener una identidad propia. En ese sentido, se desplegó un proceso que consistió en un concurso interno para el nombre y el logo par al Escuela. Cada colectivo en cada vereda hizo una propuesta de nombre y logo los cuales por votación permitieron el nombre, eslogan y logo final, “Escuela Audiovisual Voces del Pato - El Sendero de la Esperanza”, con estos insumos y con apoyo de un diseñador se realizó la versión definitiva.

      Avizorando el futuro

      Hoy la Escuela Audiovisual Voces del Pato, adelanta un ejercicio de planeación estratégica, donde en cinco años se proponen estar legalmente constituidos, conformar una productora audiovisual, ampliar la cobertura territorial al Corregimiento de Guayabal, en donde esperan, además contar con un espacio para su operación para toda la zona de reserva campesina. Adicionalmente, sueñan con una emisora local, buscando acceder a una de las “emisoras para la paz, previstas en el marco de los acuerdos a las ex ETCR. Igualmente esperan contar con un periódico interno en la zona de reserva campesina. Son conscientes que aún están en proceso de formación y aprendizaje, pero esperan en un lustro estar consolidados, y desarrollando productos comunicacionales de alta calidad en el marco de convenios con entes públicos, privados o internacionales, pero también adelantando procesos de articulación con otros procesos locales.

      Las Voces del Pato hoy y su compromiso territorial y sus sinergias con el desarrollo rural campesino

      La Escuela Audiovisual Voces del Pato es un grupo juvenil sin ánimo de lucro que potencia las habilidades de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, de la zona de reserva campesina Pato Balsillas, en diferentes lenguajes de la comunicación, prensa, radio y audiovisual, con el fin de visibilizar la riqueza paisajística, la memoria histórica, la organización social y el potencial turístico de la zona para contribuir al cuidado de la tierra y a la apropiación territorial.

      La Escuela plantea un compromiso profundo con su territorio que se traduce en el cuidado del medio ambiente, el no uso de agroquímicos y la protección de la tierra. Así mismo, buscan apoyar los procesos productivos que se adelantan en la zona, entre ellos el cultivo del frijol, granadilla, fresa, caña, entre otros, que enfrentan problemas de comercialización. En ese sentido, esperan poner al servicio de los productores, las herramientas de la comunicación para mejorar los procesos de mercadeo. Así mismo desplegar una campaña externa y permanente que permitía visibilizar su territorio como despensa agrícola, fábrica de agua y riqueza cultural buscando desestigmatizar la percepción externa asociada a la guerra y grupos armados.

      En ese sentido, los colectivos se han vinculado en el cubrimiento comunicacional de varias iniciativas existentes en el territorio, derivadas de los procesos de reincorporación, como Caguán Expedition, una empresa de rafting creada por excombatientes, que desarrolla un encuentro denominado “remando por la paz” que fue visibilizado a través de las redes sociales de Voces del Pato. Así mismo, han apoyado a productores de frijol en momentos de crisis comercial para ofrecer nacionalmente las cosechas a través de Facebook, obteniendo buenos resultados.

      Es importante mencionar la campaña que se denominó “Mujeres Libres” en el corregimiento de Guayabal, asociado a la violencia contra la mujer, la cual se promovió desde las organizaciones locales pero que fue apoyado comunicacionalmente a través de diferentes piezas comunicación como mecanismo de promoción²⁴.

      Voces del Pato y sus herramientas de comunicación

      Las principales herramientas de comunicación que ha empleado la Escuela combinan medios digitales y redes social como Facebook que es el canal visible ante el mundo y que permite difundir contenidos sobre el territorio que son editados con apoyo de Amazonia Joven. Así mismo, los jóvenes también contribuyeron, bajo la contribución y orientación de CORPOMANIGUA, a la recopilación de entrevistas e insumos para la elaboración de algunos programas radiales que fueron transmitidos a través de la emisora Linda Estéreo de alta sintonía en el territorio²⁵. Igualmente, se empela la comunicación directa, por tanto, la Escuela es invitada a diferentes espacios comunitarios del territorio²⁶. En la antigua ETCR se construyó una sala de internet y se está gestionando para que se pueda a futuro contar con una sala de edición y que los equipos puedan ser usados por los jóvenes.

      Esta vinculación de la Escuela con las apuestas locales, ha sido uno de los logros derivados del proceso de acompañamiento realizado por Amazonia Joven, que, bajo su enfoque, busca que estas iniciativas tengan incidencia y generen transformaciones, pero que, en el marco de esas articulaciones, también se generen procesos útiles para la sostenibilidad el proceso tras la salida del Proyecto.

    • Los logros a hoy, entre el aprendizaje y la acción

      Según los informes de resultados y de gestión del proyecto Amazonía Joven, los logros más relevantes de la Escuela hoy se evidencian en una estructura de trabajo que consta de una escuela audiovisual dotada con 3 colectivos de comunicaciones que cuenta con tres dinamizadoras formadas, y con cerca de 70 jóvenes y niños en permanente formación en 3 veredas y un corregimiento. El proceso que ya avanza por su cuenta, denota que las capacidades instaladas han servido para otorgarle autonomía, visión y alcance a su quehacer, caracterizado por un enfoque de transformación territorial y construcción de paz. Una evidencia de ello es el alto nivel de posicionamiento de su perfil de Facebook, y su participación en el comité de comunicación local conformado que tiene 5 integrantes de los 3 colectivos. Adicionalmente a su plan de acción, esperan ofrecer sus servicios a través de un portafolio básico en alcaldía de San Vicente.

      El proceso de fortalecimiento organizacional del capital social de la ZRC Pato Balsillas

      Aproximación al territorio

      El proceso de fortalecimiento organizacional en la zona de reserva campesina adelantada por el proyecto Amazonía Joven tuvo varias etapas. En primer lugar, una etapa de aproximación al territorio, la cual fue retadora, en el sentido de la necesidad de construir lazos de confianza rápidamente con los líderes locales, como con aquellos en proceso de reincorporación. Esto obedece principalmente a una histórica situación de conflicto que generó rupturas y desconfianzas con actores externos, y que hoy se han venido amplificando por los riesgos de seguridad en el norte del Caquetá especialmente contra líderes sociales. A esto se suma la frustración y prevención por proyectos que en el pasado no generaron resultados tangibles.

      Así las cosas, fue necesario la realización de diversos acercamientos, dónde fue clave la experiencia y conocimiento del territorio de los miembros de Proyecto, pero también el reconocimiento de CORPOMANIGUA como actor relevante en el Caquetá, que permitió el uso de lenguajes y códigos apropiados y pertinentes para generar diálogos generadores de confianza con líderes, y también con organizaciones; pero también identificar, seleccionar y priorizar las organizaciones objeto del proceso de fortalecimiento organizacional las cuales se definieron en acuerdo y concertación con los líderes del territorio.

      Diagnostico organizacional

      La segunda etapa se concentró en el desarrollo del proceso diagnóstico de las capacidades organizacionales de los colectivos seleccionados. En este proceso se buscó identificar sus principales brechas y barreras a través de la herramienta Índice Capacidades Organizacionales - ICO que fue aplicada a nivel territorial. Este proceso de diagnóstico se complementó con otros instrumentos como la cartografía social, semaforización y DOFA con el fin de poder conocer con mayor profundidad la situación de las organizaciones en relación con el entorno.

      La construcción de los planes de fortalecimiento y la acción territorial

      La tercera etapa se focalizó en la elaboración de los planes de fortalecimiento, los cuales buscaban abordar aquellos elementos débiles que fueron identificados tras el proceso de diagnóstico. Estos planes se construyeron conjuntamente con los participantes, que permitió no solamente diseñar las rutas de mejora, sino también establecer las principales actividades orientadas al cierre de brechas.

      En el marco del mejoramiento de capacidades se llevaron a cabo diferentes procesos de formación, diálogo y encuentro permanente con las organizaciones, así como, el desarrollo de actividades concretas asociadas a procesos técnicos y productivos.

      Todo este proceso se llevó a cabo con el acompañamiento del equipo de Amazonia Joven, el cual estimuló además la articulación con procesos que ya se venían adelantando por parte de la comunidad, entre los cuales se destacan las mingas y comités de obras comunitarias en la construcción de infraestructura vial (clave en la competitividad del proyecto piscícola) y de infraestructura productiva (p. ej en la construcción del centro de acopio de frijol). La vinculación de las organizaciones en estas iniciativas, brindando no solamente aportes en mano de obra, sino también contrapartidas relacionadas con terrenos y otros recursos, denota los logros del proceso de fortalecimiento organizacional alrededor de su compromiso con su quehacer y con el territorio.

      Otra actividad relevante en el marco del proceso de refuerzo de capacidades fue el convenio adelantado con la Universidad de la Amazonía para asegurar el proceso de acompañamientos a pesar de la virtualidad. En este sentido es importante referir los desafíos que se enfrentó en el proceso de fortalecimiento derivado de la crisis generada por la emergencia sanitaria, que impidió un trabajo más estrecho con las comunidades. No obstante, el acompañamiento fue permanente, tanto de forma directa, en función de las posibilidades y de manera virtual, y justamente el convenio con UNIAMAZONIA tuvo ese propósito.

      Principales logros

      Este componente deja como principales logros, en primer lugar, el fortalecimiento a las organizaciones del territorio. Un ejemplo de ellos fue el desarrollo de capacidades en la Asociación Municipal de Colonos del Pato – AMCOP, una organización de segundo nivel con participación de reincorporados y que agrupa a las diferentes organizaciones de base, y asociaciones productivas, incluidas las 27 Juntas de Acción Comunal del territorio.

      De otro lado, se destaca la creación del Comité de Productores de Frijol constituido en el marco del proyecto, que hoy se constituye en pieza central para la gestión productiva y comercial del principal producto de la zona. Así mismo, queda fortalecida la organización MADECOOP, a través de procesos de formación, mejoramiento de estatutos, y renovación de los cuadros directivos. Esta misma dinámica también quedo instalada en las demás organizaciones locales.

      Finalmente es importante resaltar la reactivación de la asociación de mujeres de reserva campesina, la cual estaba inactiva y derivado del proceso de animación territorial y acompañamiento social, se logró motivar la participación de 40 mujeres con representatividad de varias veredas.

  • ¿Qué aprendimos?

    Los procesos de reincorporación de excombatientes, basados en la comunidad y con un enfoque territorial, previa decisión conjunta entre desmovilizados y comunidades, son más convenientes y efectivos, pues hacen más fácil la reintegración a la vida civil, al mismo tiempo que generan valor a la comunidad de acogida. Esto en razón a que se generan mayores condiciones de autoprotección que cuando los procesos se realizan de forma exclusiva con excombatientes, pues la simbiosis con la comunidad de acogida reduce el nivel de exposición ante riesgos externos, se generan mejores contextos para el desarrollo de sistemas de alerta comunitaria y la visibilidad hacia afuera tiene una carga simbólica menor frente a posibles asociaciones con la guerra.

    De otro lado, el flujo de ayudas al territorio, mientras dura el proceso de reincorporación, es más ágil y viable, que cuando las comunidades lo hacen por cuenta propia. Cuando esos apoyos se implementan bajo un enfoque territorial y comunitario, buscando promover participativamente iniciativas integrales de desarrollo social, económico y ambiental, es decir, generando beneficio colectivo, y estimulando el trabajo conjunto entre reincorporados y pobladores, se tienen más posibilidades de sostenimiento al futuro. Esto se debe a que no siempre los alzados en armas cuentan con conocimientos técnicos, ni competencias para el trabajo agrícola, a diferencia de las comunidades, quienes en el trabajo conjunto pueden transferir y formar, facilitando la reintegración.

    Estas dinámicas son más efectivas si una organización acompañante, experta, conocedora del territorio (y preferiblemente del territorio) y con vocación, facilita y dinamiza, con la ayuda de los mismos participantes todo el proceso. La reincorporación con enfoque comunitario implica, además, acompañamiento en la construcción de las nuevas reglas de convivencia y entendimiento, que debe combinar estratégicamente, las visiones de los que llegan con los que acogen. Así mismo, el papel de la organización acompañante puede ser estratégica también en procesos de incidencia institucional territorial que contribuyan a la sostenibilidad de las acciones emprendidas en el marco del proceso de reincorporación.

    Cuando los procesos de reincorporación comunitaria, cuentan con un plan de desarrollo territorial de largo plazo construido colectivamente, y los participantes (comunidades y excombatientes) lo apropian y defienden, se asegura que los apoyos institucionales, de las organizaciones sociales, y de la cooperación privada e internacional se realicen de forma ordenada, coordinada y articulada, en función de las apuestas integrales del territorio y no de sus lógicas de intervención, de sus necesidades de visibilidad o protagonismo, o del frenesí de los resultados rápidos.

    Los planes territoriales, además, permiten que se promuevan sinergias entre cooperantes y por tanto se amplifiquen los impactos, se evite la duplicación de acciones, pero que, sobre todo, las ideas de futuro de los participantes, es decir la pertinencia de las acciones, y no las de los donantes, se hagan realidad, asegurando la sostenibilidad de los procesos de reincorporación. Así mismo, mientras se los planes se elaboran y los esquemas de coordinación se acuerdan, es necesario facilitar medios de vida que permitan a los excombatientes en proceso de reincorporación, asegurar los mínimos vitales para la subsistencia básica de sus familias.

    En la aproximación inicial de población en vía de reincorporación, se debe tener en cuenta factores claves antes de iniciar cualquier intervención. En primer lugar, comprender que “segmento” de los excombatientes es el que se abordará (ideólogos/estrategas, excomandantes y/o tropa), y en función de ello planificar las estrategias de comunicación, definir los códigos que les pueden hacer sentido y saber con quién entrar en el territorio, con quien concertar los temas sensibles y estratégicos e identificar con anticipación, y en la medida de los posible, cuáles son las instancias de toma de decisiones. Esto en razón a que es muy distinto el abordaje a excombatientes con orientación puramente militar o con aquellos que quizás tuvieron roles estratégicos o ideológicos.

    En aquellos casos, donde el perfil de la población en reincorporación es más militar o belicista, es clave tener en cuenta que el lenguaje y la comunicación debe ser más frontal y sencilla, y además cualquier recomendación u orientación debe estar basada en evidencias concretas y de rápida demostración, especialmente frente a decisiones técnicas en proyectos de desarrollo. En este sentido, metodologías de aprender haciendo, experimentación en campo, laboratorios campesinos, e intercambio de experiencias, dentro y fuera del territorio de concentración son altamente efectivas. Igualmente, la coherencia, el cumplimiento y el honrar la palabra a la hora de establecer y cumplir compromisos debe ser un imperativo, pues la confianza en estos procesos es uno de los factores éxito que debe ser prioridad.

    Igualmente, se debe tener en cuenta, que en muchas ocasiones los excombatientes, a pesar de su origen rural, no siempre están preparados para adelantar procesos de desarrollo rural, por esa razón es fundamental que las apuestas productivas orientadas al buen vivir de estos grupos de población, estén acompañadas de procesos de asistencia técnica aplicada, acompañamiento permanente, desarrollo de capacidades organizacionales y estrategias de comunicación para el desarrollo y la paz, a fin de reforzar las brechas, que con ocasión de décadas en la guerra, están siempre presentes. Cuando en estos procesos se involucran a los participantes como dinamizadores de las actividades, se facilita la traducción técnica de los conceptos, se desarrollan vinculaos más cercanos entre líderes, bases sociales y comunitarias y técnicos, se construye confianza duradera y se legitiman las acciones y el papel de las organizaciones acompañantes.

    En segundo lugar, es necesario conocer y comprender a profundidad el territorio de concentración de los excombatientes, así como, el contexto y las dinámicas socioeconómicas, políticas culturales y ambientales actuales. Por esa razón es absolutamente central que la organización acompañante, sea del territorio o tenga amplio conocimiento de este. Ello puede ir acompañado de diagnósticos rurales rápidos y levantamientos de línea base con suficiente antelación. Esto es aún más pertinente en aquellos casos en que se adelanten procesos de reincorporación comunitaria con enfoque territorial, pues permite conocer con prontitud, tanto riesgos, amenazas, fortalezas y oportunidades que pueden capitalizarse para impulsar sinergias, o asegurar procesos más democráticos, participativos y sostenibles desde el inicio.

    En tercer lugar, realizar la aproximación con los líderes visibles, sin dejar de involucrar a la base en los procesos y la toma de decisiones. Ello en razón a que se puede suponer que las estructuras jerárquicas que operaban en la guerra se mantienen tras la desmovilización, y no siempre es así.

    En muchos casos, la legitimidad y autoridad de la antigua comandancia frente a la tropa ya desmovilizada, se puede debilitar tras los acuerdos de paz. Así mismo, la autonomía, el liderazgo y capacidad de autogestión por parte de las bases, acostumbradas por décadas a actuar por instrucciones “desde arriba”, quedan en evidencia cuando las estructuras jerárquicas se atenúan. Ello puede constituir una barrera para impulsar procesos productivos u organizacionales.

    Por esa razón, establecer espacios de diálogo y de toma de decisiones, en todos los niveles, y en ciertos momentos de manera conjunta (líderes y bases sociales) asignando tareas y responsabilidades, y estableciendo mecanismos de seguimiento permanente, pueden contribuir a mitigar esas situaciones.

    El acompañamiento a los procesos de reincorporación, deben ser de largo aliento (más allá de 1 año), con suficientes recursos para poder cumplir de manera adecuada los objetivos, altamente participativos, es decir escucha activa, comprensión del territorio y construcción colectiva con los participantes, y con un carácter multisectorial, es decir, que integre sinérgicamente diferentes tipos de intervenciones, es decir proyectos productivos, desarrollo organizacional, promoción de procesos de comunicación entre otros, de manera que sea coherente con las lógicas del territorio. Este esquema de intervención integral, en los casos de procesos de reincorporación comunitarios con enfoque territorial, son un imperativo. Adicionalmente, y como se ha reiterado el involucramiento de líderes del proceso de reincorporación y del territorio como dinamizadores de los procesos productivos, organizacionales o comunicacionales, es absolutamente central, pues de un lado, permite, tras un proceso de entrenamiento y formación, dejar capacidad y recursos humano instalado en el territorio, pero de otro, ayudan a traducir en lenguajes y códigos, la información técnica, facilitando la comprensión y aprehensión del conocimiento por parte de las bases de reincorporados y de pobladores participantes. Este puente entre técnicos y participantes contribuye además a la construcción de confianza y a la efectividad de los procesos.

    En el caso de los proyectos productivos, es probable que la población en reincorporación tienda a aplicar sus propios enfoques en la planeación y desarrollo de iniciativas, las cuales pueden correr el riesgo de implementarse de forma descontextualizada, sin tener en cuenta las dinámicas ecosistémicas del lugar y probablemente ser incoherentes, incluso con la vocación productiva o con sus propios discursos reivindicativos frente al sistema que siempre combatieron.

    En estos casos, el papel de la organización acompañante es relevante, tanto si, participa en la planeación, o en la implementación, para orientar o replantear iniciativas de esa naturaleza de manera que se amolden a las lógicas territoriales, se reduzca el riesgo de fracaso y generen sinergia con las que tradicionalmente desarrolla el territorio de acogida. Ello puede implicar discusiones frontales y tensiones entre técnicos y excombatientes, que vale la pena realizar, en función de la sostenibilidad de los procesos productivos, y por tanto debe estar acompañada de mecanismos metodológicos que refuercen con evidencias las argumentaciones técnicas.

    Es importante anotar que, frente al acompañamiento de procesos de reincorporación, es siempre mas efectivo realizar abordajes integrales. La complejidad de este tipo de dinámicas así lo exige. Esto implica, intervenciones diferentes pero articuladas y complementarias, como la presencia de equipos multidisciplinares. En estos casos que se requiere rápidamente implementar medios de vida para el sostenimiento de las familias reincorporadas los proyectos desarrollo económico son un imperativo. No obstante, ello debe ir de la mano de un acompañamiento que permita fortalecer o promover procesos de organización social de forma muy estructurada. Es decir, que incorpore diagnósticos organizacionales precisas, construya planes de mejora de forma participativa y se busque el cierre de las brechas, haciendo sinergia con los procesos de desarrollo económico y social que estén en implementación en el territorio.

    De otro lado, es importante anotar que en muchas ocasiones los excombatientes tienen un alto porcentaje de población joven, que vale la pena capitalizar, no solo en procesos productivos, sino también en iniciativas más a la medida de sus expectativas y capacidades. La comunicación puede ser una de esas líneas de acción, que además de construirles un rol dentro del proceso y facilitar la vinculación de los jóvenes del territorio y las comunidades educativas, contribuye profundamente a reforzar los procesos de desarrollo productivo (p. ej. en temas de visibilidad y gestión comercial) y organizacional, facilitando, además, la convivencia y construcción de lazos de confianza, el rescate de la memoria (facilitando además diálogos intergeneracionales), la resignificación del conflicto y la desestigmatización del territorio.

    En estos casos, la promoción de colectivos de comunicaciones, escuelas audiovisuales y otros esquemas de organización, que empleen a fondo las TIC´s, los medios digitales, las redes sociales, la prensa escrita o la radio, pueden generar impactos de alto valor al proceso, además de dejar capacidad instalada en el territorio, clave para la sostenibilidad de las diferentes iniciativas. Cuando los jóvenes comunicadores, además intercambian experiencias con otros colectivos, fuera del territorio, además de construir convivencia territorial, ganan visión de mundo, amplían sus horizontes y generan articulación claves para la invidencia futura. Cuando estos procesos se dejan madurar y se evita su formalización o empresarización temprana, tienen más posibilidades de construir procesos con un sentido territorial.

  • ¿Qué aportamos a la Paz?

    El Acuerdo de Paz de La Habana, en el Punto 3 contiene el acuerdo “Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas”, que tiene como objetivo “la terminación definitiva de las acciones ofensivas entre la Fuerza Pública y las FARC-EP, y en general de las hostilidades y cualquier acción prevista en las Reglas que Rigen el Cese”, el acuerdo también indica la necesidad de “Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil –en lo económico, lo social y lo político- de acuerdo con sus intereses”, en donde además se señala que las “ bases para la construcción de una paz estable y duradera requiere de la reincorporación efectiva de las FARC-EP a la vida social, económica y política del país”²⁷

    Con respecto a la implementación de iniciativas para la reincorporación, los Acuerdos define que el “6.4.2. Acompañamiento internacional Las FARC-EP y el Gobierno Nacional han acordado que se solicitará el acompañamiento internacional de los siguientes países y entidades internacionales, a la implementación de los acuerdos, en cada uno de los puntos del acuerdo general para el fin del conflicto: Acuerdo Instancia de acompañamiento internacional 1. Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral - Unión Europea - FAO - Vía Campesina - PNUD 2. ….. 3.2 Reincorporación - Unión Europea - UNESCO - PNUD - OCLAE (Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes) – OEI”

    El apoyo complementario realizado por CORPOMANIGUA en el marco del Proyecto Amazonia Joven con apoyo europeo, es una contribución muy significativa, para ayudar a con consolidar el proceso de paz y las apuestas de reincorporación de excombatientes a la vida civil, y que tal como lo indican los acuerdos de LA Habana la construcción de una paz estable y duradera requiere de la reincorporación efectiva de las FARC-EP a la vida social, económica y política del país.

    De otro lado, los Acuerdos también indican que “la reincorporación a la vida civil será un proceso de carácter integral y sostenible, excepcional y transitorio, que considerará los intereses de la comunidad de las FARC-EP en proceso de reincorporación, de sus integrantes y sus familias, orientado al fortalecimiento del tejido social en los territorios, a la convivencia y la reconciliación entre quienes los habitan; asimismo, al despliegue y el desarrollo de la actividad productiva y de la democracia local.…el proceso de reincorporación tendrá en todos sus componentes un enfoque diferencial, con énfasis en los derechos de las mujeres”²⁸

    En coherencia con estas consideraciones del Acuerdo de Paz, se destaca que la intervención tuvo un carácter integral, pues desbordó las apuestas agroproductivas, incluyendo acciones relacionadas con el fortalecimiento organización, y comunicacional. Además, derivado del proceso de acompañamiento, de alguna manera se logró ampliar el espectro de intervención geográfica más allá del ETCR, involucrando a las veredas y pobladores de la ZRC.

    Así mismo, se procuró a través de intercambios y visitas a experiencias significativas ampliar la visión técnica y territorial de los reincorporados y campesinos, contribuyendo a generar procesos de construcción de región, pero también a aportar a la reconciliación territorial, al generar encuentros en tres jóvenes del norte y del sur del Caquetá. El acompañamiento de Amazonia Joven a través de CORPOMANIGUA, permitió incorporar elementos clave de sostenibilidad social, ambiental y económica a las iniciativas en marcha que hoy empiezan a dar resultados concretos en materia productiva, comercial y económica, pero al mismo tiempo generar procesos de incidencia institucional, buscando una mayor visibilidad, reconocimiento y respaldo público a las iniciativas agroproductivos. De igual manera, tanto el desarrollo de capacidades, y los procesos comunicacionales apoyados que derivaron en Voces del Pato, constituyen acciones clave para apalancar los procesos de democracia local y de convivencia territorial.