Amazonía Joven adelantó un proceso de fortalecimiento integral del capital social existente en la cuenca media del río Caguán y también en la Zona de Reserva Campesina Pato Balsillas, con énfasis a organizaciones comunitarias y asociaciones de productores rurales en áreas relacionadas a temas agroalimentarios, ambientales, ecoturísticos y culturales.
El procesos de formación y desarrollo de capacidades a organizaciones comunitarias y asociaciones de productores proceso implicó: (i) la aplicación del Índice de Capacidad Organizacional - ICO - para conocer el estado de esas organizaciones locales, identificar fortalezas y oportunidades de mejora; (ii) la construcción participativa de planes de mejoramiento; (iii) la ejecución de dichos planes de fortalecimiento a través de herramientas como Apoyos Financieros a Terceros – AFT, la Matriz de Modelos de Negocios Verdes y desarrollando capacidades técnicas y productivas para la producción, la postcosecha y la comercialización.
El proceso de formación en asociatividad se enfocó en herramientas para la planeación estratégica, liderazgo y trabajo en equipo, buenas prácticas administrativas, prácticas financieras, formulación y gestión de producción, asociatividad, contabilidad básica, atención al cliente, roles, cargos, junta directiva, estatutos, estructura de costos. Junto a la Universidad de la Amazonía, en procesos financieros y contables. Y transversalmente en liderazgo y trabajo en equipo, gestión de proyectos, marketing y la generación de valor agregado de los productos.
Dicha formación se complementa con la dotación de 12 asociaciones seleccionadas aplicando la Matriz de Modelos de Negocios Verdes con el apoyo de Biocomercio en el marco de los Planes de Mejoramiento. 4 de estas asociaciones resultaron calificadas como Negocios Verdes y 1 de ellas participó en Bioexpo. Esta dotación se complementa con la asignación de recursos para la generación de ingresos y el fortalecimiento de las asociaciones y organizaciones. Dicho proceso inició con 21 asociaciones de las cuales 12 fueron seleccionadas, beneficiando a un total de 712 Mujeres, 827 Hombres, 577 Jóvenes, 42 Etnias y 70 Excombatientes.
Entre los resultados más importantes se destaca el fortalecimiento de las organizaciones, al promover no solo un mejor funcionamiento al interior de las asociaciones, sino también la generación de vínculos territoriales más estrechos entre los socios y socias, basados en la confianza y la importancia del trabajo asociativo. Un ejemplo de ello fue la resignificación cultural de algunas fiestas tradicionales como la Fiesta del Frijol donde se integraron actividades para niñas y niños, y conversatorios con jóvenes y líderes comunitarios, generando pertenencia territorial desde la reconstrucción de la memoria del territorio. Así mismo, los concursos de dibujo, la identificación de especies de frijol o el Festival Patriótico en donde se realizaron talleres de género, de paz y cuidado medioambiental o muestras de semillas nativas.
El proceso mencionado, se potenció a partir de la participación de las asociaciones en Mercados Campesinos en donde no sólo comercializaron sus productos, sino que, al ser espacios apoyados por entes territoriales, lograron visibilizar su territorio al mismo tiempo que intercambiaron conocimientos y saberes junto a otras asociaciones municipales.
En conclusión, las asociaciones y organizaciones se fortalecieron a través de la implementación de las acciones relevantes identificadas en los planes de fortalecimiento, que fueron orientadas a través de la lectura y análisis de los resultados obtenidos del Índice de Fortalecimiento Organizacional -ICO-, al tiempo que vincularon mujeres y jóvenes a sus procesos internos, situación que no se presentaba anteriormente y que asegura la inclusión generacional y de género.
Por otro lado, la generación de nuevos liderazgos y la conformación de alianzas estratégicas para la comercialización de sus productos junto con la incorporación de herramientas audiovisuales también fue central. Para tal fin, lograron fortalecer la capacidad comunicativa y de comercialización de las asociaciones. Esta fortaleza se complementó con la apuesta por potenciar valores agregados de los productos y generar una identidad territorial a través del marketing territorial, y los estudios de mercado, la gestión y el manejo de los recursos.
Los recursos del Apoyo Financiero a Terceros, además de inyectar fondos para fortalecer sus iniciativas, les permitió reforzar capacidades de manejo administrativo y gestión técnica y de recursos.
Los procesos de fortalecimiento organizacional son un reto central para cualquier proceso de desarrollo rural integral en un territorio. Esto exige ejercicios que permitan tener un diagnóstico claro y medible del estado de las organizaciones y sobre ello poder orientar los procesos de fortalecimiento. En el caso de Amazonia Joven, se emplearon herramientas para realizar un diagnóstico preciso a partir del cual se construyeron planes de mejora, junto con la comunidad, que facilitaron la integración de diferentes estrategias y acciones para buscar superar las barreras y dificultades más apremiantes de las organizaciones.
Otra lección clave, es que los procesos de fortalecimiento organizacional y asociativo son más efectivos cuando se realizan a través de apoyos concretos que retan a las organizaciones a planear, ejecutar y evaluar. Esto fue posible a partir de pequeñas iniciativas comunitarias, emergidas de su propio interés, que, en el lenguaje de la cooperación europea, se denominan apoyo financiero a terceros – AFT, pues permite la aplicación concreta de aspectos contemplados en las herramientas de diagnóstico como la planeación, la presupuestación, la toma de decisiones, el manejo administrativo, contable y financiero, la ejecución de recursos y la rendición de cuentas entre otros.
Cuando las organizaciones afrontan esta experiencia, además de los aprendizajes y madurez administrativa que logran, también apropian de mejor manera esas intervenciones, pues generalmente son definidas y ejecutadas por ellos mismos, otorgándoles responsabilidad, necesidad de establecer relacionamiento y sinergias con nuevos actores (bancos, entes públicos, empresas privadas, otras organizaciones) que enriquecen su capacidad de gestión.
Al fortalecer estructuralmente los procesos de asociatividad territorial a nivel organizativo y desde la dotación infraestructural y los apoyos financieros a terceros – AFT, tanto para la producción agroecológica, la comercialización productiva, la búsqueda de estrategias para la sostenibilidad de las asociaciones, además de fortalecer las actividades impulsadas comunitariamente a nivel cultural (fiestas tradicionales) y comercial (mercados campesinos), se convirtieron en la base para la permanencia de las comunidades en los territorios, el fortalecimiento del arraigo de los jóvenes en el campo y la incorporación de nuevos liderazgos como apuestas de paz territorial.
Así mismo, se logró concluir que, en territorios fragmentados por situaciones de violencia, como la cuenca media del río Caguán y la Zona de Reserva Campesina del Pato Balsillas, fortalecer las capacidades de las organizaciones y asociaciones comunitarias, además de aportar a la construcción de capital social, reconstruye los vínculos al interior de las comunidades e instala capacidades asociativas claves para el fomento de procesos de desarrollo rural. Cuando estas apuestas se complementan con procesos de dotación productiva, construcción de bienes públicos y/o mecanismos de comercialización, las organizaciones cuentan con mejores condiciones para potenciar los procesos de fortalecimiento interno. Adicionalmente si se aprovechan actividades culturales propias, como herramientas para la fortalecer iniciativas productivas de las organizaciones comunitarias, se logra una mayor apropiación y sostenibilidad de los procesos.