Amazonía Joven aprovechó el interés por la actividad ganadera de los participantes en el proyecto para, a partir de allí y con la participación de mujeres y jóvenes, promover modelos integrales de producción de alimentos y conservación ambiental adaptados al bioma amazónico.
Amazonía joven, tras un cuidadoso proceso de selección de participantes en el territorio, derivado del conocimiento de la cuenca media del río Caguán por parte de Corpomanigua, se emprendió la difícil tarea de promover procesos sostenibles de soberanía alimentaria en un territorio dominado económica y culturalmente por la ganadería extensiva.
Antes que luchar contra la ganadería, el Proyecto capitalizó el interés de los pobladores por esta actividad “enganchándolos” con información pertinente y práctica durante los procesos de formación y asistencia técnica, para mejorar sosteniblemente sus sistemas productivos ganaderos, al mismo tiempo que se iban incorporando gradualmente otros elementos relacionados con la producción de alimentos, conservación de bosques y siembra de maderables, como complemento de su economía familiar. Asuntos relacionados con bancos de producción forrajera, preparación de sales mineralizadas y otros suplementos alimenticios, “tips” de sanidad animal, entre otros, fueron algunos de los temas empleados para mantener el interés en el proceso mientras se sensibilizaba sobre los modelos de producción sostenible de alimentos.
Otro elemento importante fue la capitalización de los saberes de los pobladores sobre el patrimonio natural del territorio, que podía ser empleado en los bancos forrajeros, cercas vivas o arborización de potreros. Ese diálogo de saberes con los técnicos del proyecto permitió identificar y valorar especies promisorias e incorporarlas en los arreglos agroforestales y silvopastoriles de los modelos agroalimentarios sostenibles promovidos por Amazonía Joven. Adicionalmente, abrió la puerta para discusiones sobre la importancia de la conservación del bosque amazónico por parte de los ganaderos.
Cuando se pretenden llevar a cabo procesos de promoción de autoabastecimiento alimentario o desarrollo productivo sostenible en territorios ambientalmente frágiles con predominancia de actividades productivas como la ganadería o monocultivos comerciales que operan como sustento principal de los pobladores, es recomendable aprovechar esa actividad productiva dominante como mecanismo para “enganchar” a las comunidades, y a partir de allí, incorporar modelos productivos sostenibles integrales, que capitalizando el conocimiento local, permitan mejorar la producción de alimentos a nivel familiar, la producción de excedentes para el mercado local bajo sistemas agroforestales adaptados al ecosistema dominante, y al mismo tiempo permitan conservar y aprovechar sosteniblemente el bosque.
La construcción de paz bajo el enfoque territorial implica trabajar, tanto en la reconstrucción del tejido social, como en la generación de procesos productivos a la medida del ecosistema del territorio. Amazonía joven, procura aprovechar justamente el capital social, ambiental y productivo existente, para construir, a partir de allí y con los mismos pobladores, nuevos procesos, social, económica y ambientalmente más sostenibles, que contribuyen a impulsar opciones de vida digna para las familias, asegurando una participación equitativa, tanto de hombres, como de mujeres y jóvenes. Esta perspectiva es además coincidente con los acuerdos de paz que indican que “el enfoque territorial de las comunidades rurales que tenga en cuenta las características sociohistóricas, culturales, ambientales y productivas de los territorios y sus habitantes, así como sus necesidades diferenciadas en razón de su pertenencia a grupos en condiciones de vulnerabilidad y la vocación de los suelos...”⁹.