En la Cuenca Media del río Caguán existen 111.183 habitantes, de los cuales 56.436 son mujeres (50,5%), y de este número, el 57% son menores de 29 de años. La histórica situación de violencia que ha afectado a las mujeres, sumado a una cultura machista y patriarcal, ha reducido las oportunidades de las mujeres a actividades domésticas, y labores agropecuarias menores. El acceso a los factores de producción, a la tierra, educación y servicios básicos de salud, entre otros, son precarios y en muchos casos inexistentes.
Este escenario se ve amplificado cuando las mujeres quedan solas frente al hogar tras la pérdida de sus parejas e hijos en razón a las dinámicas del conflicto armado, o cuando las mujeres más jóvenes son asediadas por actores ilegales para su reclutamiento con fines militares o sexuales. Esta situación ha generado en muchos casos desplazamiento forzoso.
A pesar de este contexto en los últimos años, y derivado del apoyo de organizaciones locales, nacionales e internacionales, la academia y algunos entes territoriales, se han promovido procesos de organización de mujeres o se han abierto espacios de participación e incidencia a nivel local, donde muchas ellas han tenido oportunidad de expresar sus necesidades, propuestas o riesgos. Así mismo, en algunos casos, en organizaciones locales como los organismos comunales, los cuadros directivos, otrora dominados por hombres, han venido renovándose con mayor participación de mujeres.
No obstante, en la esfera de la economía agrícola, las oportunidades y liderazgos de las mujeres son aún incipientes, pues bajo un sistema productivo dominante como la ganadería, existen pocos espacios para la formación y la gestión de este tipo de actividades. Sin embargo, el rol de la mujer en los procesos de diversificación económica del territorio puede ser profundamente relevante en especial en aquellos relacionados con el abastecimiento alimentario local.
De otro lado, es importante anotar que la Cuenca Media del río Caguán atraviesa por un momento demográfico potencialmente propicio para el desarrollo económico local, en razón al elevado porcentaje de población joven la cual según las estadísticas poblacionales es posible que se mantenga en el futuro de continuar las dinámicas actuales.
Según el DANE², la población menor de 29 años en este territorio es del 59% del total de los habitantes. Estos datos desglosados por municipios indican que la población es similar para cada centro poblado: Puerto Rico (57%), San Vicente del Caguán (59%) y Cartagena del Chaira (60%). Cuando se analiza la información demográfica para el rango comprendido entre 15 y 29 años, los datos arrojan que el 26% del total de la población de los tres municipios son jóvenes, 28.975 habitantes, de los cuales 13.910 son mujeres.
Esta coyuntura demográfica es conocida como bono u oportunidad demográfica, que según la CEPAL se traducirá en beneficios reales para los jóvenes, solo si se realizan inversiones en capital humano, sobre todo en educación y empleo³.
Sin embargo, pese a esta oportunidad territorial la situación socioeconómica de los jóvenes en esta área es crítica. Entre otras razones, debido a una baja cobertura y calidad educativa, pocas opciones de acceso a la educación técnica o superior, una economía local precaria, basada en la producción agropecuaria, con un énfasis en la ganadería, que por su enfoque extensivo y de bajo nivel tecnológico, es poco demandante de mano de obra.
Las pocas opciones de empleo, hoy contrastan con un capital ecosistémico y sociocultural de alto potencial. Este escenario de bono demográfico, puede dar luces para su capitalización en medio de las apuestas por consolidar la paz territorial tras los Acuerdos de Paz, donde los y las jóvenes pueden ser protagonistas de un proceso de transformación territorial en la Cuenca Media del río Caguán.