Lecciones Aprendidas Amazonía Joven

EJE TEMÁTICO 1. “ESCUELA RÍO DE COLORES”

LECCIÓN APRENDIDA 2. Oportunidades de acceso a la educación de jóvenes rurales en la cuenca media del río Caguán


  • Junto a la Institución Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco y la Aldea Juvenil Emaús, el proyecto Amazonía Joven entregó becas para la formación técnica laboral y la culminación de los estudios en educación básica primaria y secundaria de niños, niñas y jóvenes caqueteños. En este marco se formaron alrededor de 140 jóvenes en los programas Técnico Laboral en Agropecuaria y la Transformación de Alimentos, 1.200 horas; y Técnico Laboral en Competencias de Programación de Sistemas con Profundización en Humanidades – 820 horas. Así mismo, también los jóvenes lograron culminar sus estudios en educación básica primaria y secundaria, junto con la formación en desarrollo humano, cultura, arte y deportes, productividad agrícola y pecuaria.

    La educación técnica profesional se centró en la generación de emprendimientos juveniles a nivel rural en donde los y las estudiantes adquirieron conocimientos en manejo de suelos agrícolas, transformación de frutas y lácteos, investigación, formulación e investigación de proyectos, sistema de producción bovina legislación Agropecuaria, Nutrición animal, Agricultura Ecológica, Ecología amazónica e Informática básica. Cerca de 100 estudiantes lograron graduarse como técnico profesionalmente y 40 culminaron su primaria iniciando su secundaria, y de éstos algunos terminaron su bachillerato.

  • ¿Cómo fue la experiencia en el marco del proyecto?

    La culminación de los estudios de bachillerato y la formación técnica de jóvenes rurales en el Caquetá se desarrolló, para el caso de la formación Técnico Profesional, bajo un sistema quincenal, entre la formación en el Centro Institución Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco y el ejercicio práctico de sus iniciativas productivas y de emprendimiento en las fincas de sus familias en donde aplicaron los conocimientos adquiridos a través de proyectos y emprendimientos. Dicho proceso de formación tuvo como objetivos la generación de arraigo en sus territorios, la multiplicación de sus conocimientos y la formación de liderazgos rurales en temas agropecuarios y transformación de alimentos desde un enfoque agroecológico de sus propios territorios. Así mismo, este proceso formativo inculcó valores ciudadanos en los jóvenes del campo buscando la promoción de liderazgos éticos y responsables con sus comunidades y el territorio, basados en el desarrollo, cuidado y conservación de la Amazonía.

    Para el ingreso a las becas se realizó la selección de los y las jóvenes rurales a través de un estudio de viabilidad, motivación y cumplimiento. A partir de un documento denominado “Compromiso de Cumplimiento”, los muchachos se comprometieron a culminar con todo el proceso y a permanecer en la Ciudadela cada 15 días. La Ciudadela cuenta con cuartos con camas individuales, baños, comedor, salones cómodos, sala de informática, sala de estudio, sala de audiovisuales, laboratorio de frutas, laboratorio de procesamiento de leche, sala de pensamiento crítico, lavadero. También cuentan con alimentación y un equipo multidisciplinario compuesto por acompañantes, psicólogos, personal para el mantenimiento del campus, secretaria, médico veterinario, agro ecólogo, coordinador académico y rector. Se contó con una asignación de un subsidio de transporte, a partir de un análisis en el que se evaluó el nivel económico de la familia, para determinar el porcentaje de ayuda.

    El proceso de Formación Técnico Laboral, finalmente, consistió en un estudio por competencias en temas: i) Agrícolas, siembra de pancoger, plátano y yuca, compostaje, cercas vivas desde un enfoque agroecológico; ii) Pecuarios para el cuidado y producción de especies menores, pollos de engorde y gallinas ponedoras, piscicultura; especies mayores, cuidado del ganado vacunación, castración, inseminación. Finalmente, en iii) Transformación de Alimentos, bajo el cual procesaron leche en queso, yogurt, kumis, sabajón; y a partir de frutas amazónicas como camu, arazá, borojó y guayaba, en néctares, mermeladas, bocadillos, salsas agridulces y pulpas. Transversalmente, las y los jóvenes desarrollaron lenguajes artísticos y de pensamiento crítico. El ejercicio práctico de estos conocimientos se realizó a partir de réplicas en las Escuelas Digitales Campesinas en liderazgo, convivencia paz y cambio climático; así mismo en huerta casera y proyecto de vida en el campo.

    Por su parte, la culminación de la básica primaria y el bachillerato se logró desarrollar en articulación con la Aldea Juvenil Emaús en Remolinos del Caguán, en donde las y los estudiantes de distintas veredas aledañas al centro poblado vivieron durante el periodo escolar y desde dónde asistieron a la Institución Educativa Rural. En dicha aldea niños, niñas y adolescentes de zonas apartadas de la región, obtuvieron no sólo un lugar óptimo y adecuado para su estadía, sino una alimentación adecuada y en muchos casos proveniente los propios procesos productivos impulsados por ellas y ellos; y un servicio de transporte permanente.

  • ¿Qué aprendimos?

    El acceso a la educación de calidad de jóvenes rurales, en la culminación de sus estudios básicos y la formación técnico profesional agropecuaria desde un enfoque agroecológico, fortalece los procesos de inclusión generacional en el Caquetá cualificando y motivando a los jóvenes a permanecer en el territorio al reconocer las oportunidades económicas de los mismos y desarrollar sus propias iniciativas productivas. Al tiempo que potencia la incorporación de conocimientos técnicos en los procesos comunitarios y reduce la deserción escolar debido a las largas distancias, a contextos sociales complejos y a situaciones económicas precarias.

    El acceso a la educación técnica o superior por parte de jóvenes rurales, en temas relacionados con asuntos agropecuarios, y con un enfoque de educación pertinente y aplicada a las lógicas del territorio, fortalece los procesos de inclusión generacional en las actividades agrícolas, facilita el arraigo de los jóvenes en el campo, y les permite identificar con mayor facilidad las oportunidades económicas de su región para emprender sus propias iniciativas productivas. Cuando estos procesos son aplicados de forma práctica en los predios o parcelas de sus propias familias, los jóvenes tienden a construir y desarrollar sus propios proyectos de vida en el contexto rural, contribuyendo a la sostenibilidad generacional en el territorio.

    La formación de capital humano de manera formal, aprovechando la oferta educativa disponible, además de dejar capacidad técnica instalada en el territorio, reduce la migración campo ciudad y genera condiciones para el fortalecimiento de procesos de desarrollo local.