Amazonía Joven logró empoderar a los jóvenes de la cuenca media del río Caguán como agentes de cambio territorial generando referentes para la construcción de procesos dignos e integrales desde su propio territorio.
El Proyecto Amazonia Joven, hizo una apuesta central por los jóvenes como agentes de cambio en la Cuenca Media del Caguán. En ese sentido su involucramiento y liderazgo estuvo presente tanto en los componentes sociales, culturales, deportivos, como agroproductivos. Es así como, el proyecto buscó articular estos componentes para que el involucramiento de los jóvenes también tuviera un carácter integral, es decir, que su participación en las actividades culturales, educativas o sociales pudiera también tener réditos en las iniciativas productivas.
Particularmente en la apuesta que el proyecto hizo frente a la promoción de la soberanía alimentaria, la identificación y vinculación de los jóvenes se adelantó, tanto desde las actividades de socialización y formación en temas de seguridad alimentaria y procesos productivos, buscando involucrar a todo el núcleo familiar; pero también aprovechando los espacios sociales, educativos y artísticos y deportivos donde los jóvenes tenían un participación y liderazgo activo.
Durante el desarrollo del componente productivo, uno de los retos del proyecto fue evitar el abandono del proceso por parte de los jóvenes. En ese sentido fue necesario, en primer lugar, definir roles de los jóvenes durante los procesos de formación, además de su participación como educandos. Es así como, gradualmente ellos, estimulados por el Proyecto, fueron involucrándose en las metodologías de animación grupal y comunitaria, donde se capitalizaron sus habilidades lúdicas y recreativas, muchas ya puestas en marcha por los jóvenes otros componentes del Proyecto, que además de contribuir en el buen desarrollo de los talleres, diálogos de saberes e intercambios, los mantuvieron motivados, asegurando su permanencia en Amazonia Joven.
En segundo lugar, el proyecto procuró incidir en las familias participantes, sobre la necesidad del involucramiento de los jóvenes en las actividades productivas intraprediales, esto era ir más allá del aporte de mano de obra juvenil en la implementación de parcelas y sistemas productivos, y avanzar en la posibilidad de tener opciones productivas bajo su propia responsabilidad. En ese sentido, el papel de las mujeres fue relevante, por ejemplo, en el emprendimiento de actividades conjuntas como las especies menores o las huertas. En algunos casos, jóvenes que tuvieron la posibilidad de acceder a becas en tecnología agropecuaria realizaron contribuciones a nivel predial más allá del aporte de jornales. Muchos de ellos hoy pueden tener mejores competencias para emprender procesos de mayor nivel tecnológico y optimización de los recursos disponibles.
En tercer lugar, fue importante desarrollar procesos de: i) reconocimiento permanente sobre la importancia del papel de los jóvenes en el proceso, y demostrar su potencial como agentes de cambio territorial, empleando, entre otras evidencias, sus aportes al proyecto, esto con el fin de motivar su permanencia, pero también empoderarlos frente a la comunidad; ii) sensibilización, para mitigar y prevenir la migración a la ciudad y promover ideas e iniciativas que en el marco de la soberanía alimentaria los estimularan a constituir proyectos de vida local. La socialización de experiencias de otros jóvenes rurales sobre su difícil realidad en las ciudades o de ejemplos de procesos juveniles campesinos exitosos, fueron centrales para contribuir con el proceso de sensibilización; iii) estímulo, a través de giras, intercambios y diplomados con jóvenes de Florencia (Caquetá) y otros municipios, lo cual contribuyó a ampliar su visión del mundo y reconocer otros procesos juveniles para promover sus propias iniciativas; iv) unidad juvenil, a través de elementos distintivos de los grupos de jóvenes participantes (camisetas, gorras, etc.), que fue llamativo para ellos y clave para mantenerlos en el proceso como grupo de jóvenes.
Así mismo, se promovieron, desde el componente social, pequeños grupos, con la participación de los jóvenes vinculados a las actividades agroproductivas, buscando la confluencia con las actividades artísticas y deportivas. Igualmente, estos jóvenes tuvieron una activa participación en acciones asociadas al embellecimiento de centros poblados, instituciones educativas y casas de familias con alto nivel de precariedad social, que facilitó el encuentro, la integración y la cohesión social de toda la población. Los jóvenes también dinamizaron procesos recreativos y de autocuidado aprovechando la instalación de los parques biosaludables en los centros poblados ribereños del río Caguán, fortaleciendo su liderazgo y empoderamiento en las comunidades.
Cuando se implementan proyectos productivos en zonas con bono demográfico, alto nivel de migración juvenil y/o riesgo de reclutamiento por parte de actores ilegales, es fundamental siempre incorporar la perspectiva de sostenibilidad generacional. Ello implica acciones desde el proceso de identificación de participantes, p. ej. empleando actividades culturales o deportivas, hasta la incorporación de metodologías lúdicas, intencionalmente pensadas, para mantener de forma activa a los jóvenes dentro del proyecto.
Cuando estos cuentan con un rol claro en los procesos de formación y desarrollo de las actividades productivas, los niveles de abandono de las iniciativas tienden a reducirse. De igual manera sucede, cuando se promueven intercambios dentro y fuera del territorio entre jóvenes que permitan identificar los riesgos de la migración a las ciudades, o cuando se estimulan procesos de revalorización territorial donde ellos tienen posibilidades de liderar procesos y construir un proyecto de vida.
En un contexto de alto riesgo para los jóvenes, como el de la Cuenca Media del Caguán, asociados al reclutamiento forzoso por grupos armados o de vinculación a circuitos de economías ilegales, Amazonia Joven, construyó con las comunidades y los mismos jóvenes mecanismos para proponer opciones de vida digna en el territorio bajo una perspectiva integral y de aprovechamiento del capital territorial existente.
En ese sentido, la contribución del Proyecto es invaluable pues en el marco de la equidad, y la inclusión, vincula un grupo poblacional fundamental para “quitar jóvenes a la guerra y a la ilegalidad”, pero también para contribuir a la sostenibilidad generacional de un territorio con la actual oportunidad demográfica.
El Proyecto logró posicionar a los jóvenes participantes como agentes de cambio, desarrollando capacidades, empoderándolos socialmente e incorporando competencias relacionales, técnicas y sociales claves para que promuevan sus propias iniciativas territoriales tras la salida del proyecto. Si bien Amazonia Joven no logró un involucramiento total de los jóvenes de la Cuenca media del Caguán, si logró señalar caminos para continuar estimulando procesos juveniles desde una perspectiva incluyente integral y digna para este grupo poblacional.