La comunicación estratégica en el entendido que proporciona no solo una plataforma para la difusión del conocimiento adquirido y potencialmente transferible, sino que da claves para el posicionamiento de la organización como un referente, y que es reconocida en los niveles de mayor incidencia de su ámbito de actuación, de acuerdo con los resultados del análisis de la información recopilada, actualmente la frecuencia con que se adelantan o se tienen en cuenta en los procesos de comunicación aspectos estratégicos y se desarrollas aspectos asociados a la comunicación que permitan contar con bases sólidas que aporten a la gestión del conocimiento es de casi nunca (2).
En términos generales según lo indicado por algunos asociados y asociadas anteriormente había una apuesta más acorde a la comunicación estratégica de la Corporación a nivel externo, tanto para la difusión de los procesos que adelantaba como para el posicionamiento estratégico de la misma, sin embargo, dicho proceso se detuvo, anteriormente le apostaban a una comunicación no violenta, a una comunicación para la vida, para la paz y el desarrollo territorial.
Sin embargo, en la actualidad, su apuesta comunicativa se limita a la producción de piezas comunicativas que responden a los requerimientos de los proyectos (cartillas, feria, brochures, folletos, podcast, foto historias, foto memorias, videos, etc.) sin una apuesta estratégica institucional.
Por otro lado, en cuanto a la comunicación al interior de la organización ha habido históricamente apuestas interesantes para el flujo del conocimiento en cuanto a procesos y apuestas institucionales. Es así como se realizaban espacios consultivos, evaluativos y programáticos para la revisión de los procesos acompañados. Sin embargo, estas estrategias se difuminaron en el tiempo y hace más de 7 años que nada de esto funciona.
La comunicación se convirtió en un proceso de informalidad constante que no corresponde a procesos institucionales, por lo que posiblemente se atomiza los acompañamientos y procesos tanto internos como externos de la Corporación, entorpeciendo verdaderos impactos estratégicos y misionales, y responde únicamente a las exigencias de los proyectos en el marco de la Cooperación.
La comunicación así pierde un carácter estratégico a nivel institucional y se reduce a requerimientos ejecutivos, técnicos y operativos de la Cooperación. Finalmente, en la actualidad (acorde a las respuestas de las y los socios) la corporación no cuenta con una apuesta de comunicación estratégica.
En el siguiente cuadro se observan el resultado de las indagaciones realizadas con los asociados/asociadas y algunos colaboradores de la Corporación para determinar el estado del proceso de comunicaciones en la organización.
Pese a lo anteriormente expuesto, es importante resaltar que a nivel de proyectos existe un ejercicio de coordinación, planeación, evaluación, e identificación de lecciones aprendidas al interior de los equipos implementadores o programáticos que hacen parte de los mismos. Equipos conformados por asociados y asociadas, que en su mayoría son coordinadores de los proyectos, y un equipo de colaboradores y colaboradoras externo que apoya la implementación de estos.